El espacio
geográfico español comprende un territorio peninsular, que con Portugal, Andorra y la colonia de Gibraltar, constituye la
Península Ibérica; un archipiélago mediterráneo -las islas Baleares-; un
archipiélago atlántico -las islas Canarias-; territorios en el norte de África
-Ceuta y Melilla-; y algunos peñones e islotes.
- La Península presenta una situación
original entre dos continentes (Europa y África) y entre dos grandes masas de
agua (el océano Atlántico y el mar Mediterráneo)
- El archipiélago balear se sitúa en el
mar Mediterráneo, frente a las costas de la Comunidad Valenciana. Además de las
islas de Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera y Cabrera, forman parte de él
unos 144 islotes.
- El archipiélago canario se sitúa en el
océano Atlántico, a unos cien kilómetros de las costas del noroeste de África.
Comprende siete islas principales: La Palma, El Hierro, La Gomera, Tenerife,
Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, así como algunas islas menores.
- Ceuta y Melilla se sitúan
en la costa del norte de África. Ceuta en la península de Yebala y Melilla
entre los cabos de Tres Forcas y de Agua.
Esta situación
geográfica da al espacio geográfico español una gran diversidad natural y
humana. La diversidad natural viene dada por la confluencia de masas de
aire de distinta procedencia, que dan lugar a contrastes climáticos, que
determinan a su vez diferentes tipos de vegetación, de aguas y de suelos. Esta
variedad del medio físico supone un reparto desigual de los recursos naturales
en el espacio y, por tanto, de las actividades económicas humanas. Así, según
las zonas, predominan los usos del suelo agrarios, industriales o terciarios.
Todo ello da lugar a desequilibrios territoriales, que se manifiestan en la
desigual distribución de la riqueza y en la existencia de distintos niveles de
bienestar y de calidad de vida.
Por otra parte, la
situación geoestratégica de la Península en una encrucijada entre dos mares y
dos continentes, ha condicionado las líneas geopolíticas prioritarias de
España, que se han dirigido, tanto históricamente como en la actualidad, hacia
el Mediterráneo y el norte de África, hacia el Atlántico y hacia Europa. Esta
última, desde su ingreso en la Unión Europea, es el ámbito principal con el que
se relaciona España y el marco de referencia de su política exterior.